Aquellos que defendemos la Educación Inclusiva, una Educación de todos
y para todos, estamos sin duda ante un gran reto y, por supuesto, ante una gran
oportunidad. Reconocer la diferencia del otro permite a los docentes darse
cuenta de la gran diversidad que suponen los alumnos de un grupo. En este
sentido es importante darse cuenta de que esta diversidad hay que vivirla de
una forma natural y no debe suponernos ningún impedimento para el buen
desarrollo de nuestra actividad lectiva.
De ahí la importancia que en la Educación Inclusiva tiene lo que
entendemos por adaptación curricular de los alumnos con Necesidades Educativas
Especiales (NEE). No me extenderé en este artículo hablando de las diferencias
entre una adaptación curricular no significativa (R) y una adaptación
curricular significativa (AC). Si queréis saber más sobre estos dos conceptos,
os remito al artículo titulado Adaptación Curricular: Diferencia
entre Refuerzo (R) y Adaptación Curricular Significativa (AC). A grandes
rasgos, la diferencia entre una adaptación curricular no significativa y
significativa viene determinada porque en la no significativa no se suprimen
apartados del currículum de una asignatura, mientras que en la significativa sí
se suprime parte de la programación de la asignatura y afecta directamente a la
titulación del alumno.
¿Cómo podemos adaptar un examen para los alumnos con necesidades
educativas especiales?
A la hora de elaborar los grupos en Primaria y Secundaria, normalmente
nos basamos en criterios de paridad, rendimiento académico y, como no, alumnado
perteneciente al programa de Atención a la Diversidad. Tal diversidad permite
que los grupos de un mismo curso estén al menos compensados, pero implica una
diversidad en otros aspectos. Pues bien, uno de estos aspectos es la de adaptar
exámenes y pruebas de una asignatura. En mi caso y, atendiendo a la diversidad
de todos los grupos a los que imparto clase, elaboro por cada prueba o examen
tres modelos:
Modelo 1. Examen ordinario.
Modelo 2. Examen con adaptación
curricular no significativa (R).
Modelo 3. Examen con adaptación
curricular significativa (AC).
Lo que suelo hacer normalmente es elaborar el examen no adaptado u
ordinario en primer lugar. En este tipo de examen hay por una parte un apartado
conceptual de definiciones, conceptos básicos de la Unidad Didáctica y, por
otra parte, un apartado procedimental, basado en ejercicios.
Una vez tengo el examen elaborado, es cuando procedo a realizar sobre
ese mismo examen los otros dos exámenes adaptados, siguiendo estas pautas:
Modelo 2. Examen con adaptación curricular no significativa (R)
·
No se suprime contenido de la Unidad Didáctica.
·
Se reducen los apartados procedimentales, es
decir, hay una menor cantidad de ejercicios, dado que se trata de alumnos con
alguna dificultad de comprensión y con un ritmo de trabajo más lento.
·
Se adaptan los enunciados, es decir, se intenta
simplificar al máximo el enunciado y se evita dar más de una instrucción en
cada ejercicio.
·
Las definiciones están más pautadas y se trata
de que los alumnos vayan poniendo las palabras clave de la definición entre
varias opciones. En este caso se puede optar por:
·
Poner más conceptos que huecos tiene la
definición.
·
Poner menos conceptos que huecos tiene la
definición para que el alumno la complete.
·
Los procedimientos suelen tener un ejemplo de
cómo realizar el ejercicio, para facilitar la comprensión del alumno.
·
Las preguntas abiertas vienen pautadas en el
enunciado o a través de un guión previo.
·
El criterio de faltas de ortografía es más
relajado que en un examen convencional.
Modelo 3. Examen con adaptación curricular significativa (AC)
·
Se suprime parte contenido del currículo de la
Unidad Didáctica. La supresión del contenido suele venir consensuada por el
profesor de área y el Pedagogo Terapeuta, previa coordinación.
·
Se reducen los apartados procedimentales, es
decir, hay una menor cantidad de ejercicios, dado que se trata de alumnos con
alguna dificultad de comprensión y con un ritmo de trabajo más lento.
·
Se adaptan los enunciados, es decir, se intenta
simplificar al máximo el enunciado y se evita dar más de una instrucción en
cada ejercicio.
·
Las definiciones vienen muy pautadas y el
alumno debe ir rellenando los huecos de las definiciones a partir de las
palabras clave que le facilita el profesor en el examen. En este caso las
palabras coinciden con los huecos que debe rellenar el alumno.
·
Los procedimientos siempre tienen un ejemplo
para que el alumno puede seguir un modelo.
·
Las preguntas abiertas vienen muy pautadas para
que el alumno sepa en todo momento cómo y qué debe responder.
Como podéis ver la adaptación curricular tanto significativa, como no
significativa, siempre se elabora a partir del examen Modelo 1. Un error muy
común entre los docentes a la hora de elaborar un examen es que elaboran una
prueba que en ocasiones no tiene nada que ver con el contenido de la Unidad
Didáctica que se ha trabajado. Hay que dejar claro que esto no se puede
considerar una adaptación propiamente dicha. Aunque el alumno tenga una
adaptación muy severa a causa de su discapacidad, tanto el docente responsable
del área como el Pedagogo Terapeuta deben intentar encontrar alguna relación
entre lo que será capaz de hacer, aquello que se le exige y aquello que hemos
trabajado en clase.
Otro aspecto que también debe quedar muy claro es que el responsable de
adaptar un examen es siempre el profesor del área y no el Pedagogo Terapeuta.
En este sentido hay mucha confusión y muchos docentes eluden la responsabilidad
que les corresponde y la ceden al Pedagogo Terapeuta. Esto no es lo correcto.
El docente, como ya he dicho, es el responsable de elaborar tanto el examen
ordinario, como las otras dos adaptaciones y, en el caso que sea necesario,
puede dejarse asesorar por el Pedagogo Terapeuta. Digo esto porque el docente
del área es el responsable de la nota final del alumno, mientras que el
Pedagogo Terapeuta es el responsable del informe pedagógico, así como de
asesorar, ayudar, orientar tanto al docente como al alumno. Por último quiero
insistir en que el docente, además de elaborar los exámenes adaptados, es quien
debe corregir y puntuar el examen, habiendo consensuado previamente, si se cree
oportuno, los criterios de calificación
Veamos ahora algunos ejemplos
de lo que entendemos por adaptar un
examen:
Modelo 1.
Modelo 2. (R)
·
Aparecen los sentidos del lenguaje no verbal y
verbal entre paréntesis.
·
La definición del lenguaje verbal está
comenzada.
Modelo 3. (AC)
·
Se suprimen los sentidos del lenguaje verbal y
del lenguaje no verbal.
·
Se da la definición y el alumno debe
discriminar a partir de los conceptos dados.
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